Rosana: amiga, artista, mujer, una de esas personas que quieres seguir conociendo y compartiendo muchos momentos con ella.
Hace tiempo la pinté, pero tenía muchas ganas de retratarla. Este es un retrato de su rostro, de su mirada, de su sonrisa, lo contemplo y la oigo. Al ponerme a escribir este post, me he puesto su música, y al momento la he apagado, porque cuando miro este retrato escucho su voz, la voz que tengo integrada, hablándome, riendo, cantando.
Me costó elegir la foto, hay veces que pasa. Quería elegirla bien para captar bien su esencia. Y no sé si será su mejor foto, pero la siento con este retrato en acuarela. Elegí una fotografía sin contraste de luces y sombras, bastante suave, con lo que hay que exigir un poco más a la mirada para poder configurar bien los volúmenes y gesto.
La imagen me decía que el color que debía predominar era el azul, y os aseguro que no me suele ocurrir esto. Normalmente, conforme voy pintando, va surgiendo la gama de colores, y una pincelada me lleva a el tono que debe llevar la siguiente. En el retrato de Rosana lo tuve claro: azul. Y luego sí, ya iban apareciendo los tonos, cobalto, manganeso, verde oro, rosa ópera…la misma paleta para muchos retratos, pero con resultados muy diferentes. La magia de la pintura, la magia de la interpretación.
Y cuando ella vea este retrato, de nuevo escucharé su voz, agradeciéndome, emocionada y planeando el volver a pasar un ratito juntas.
Te quiero linda