retrato en acuarela

Planteamiento, nudo y desenlace

Capítulo 1 : Destino o casualidad.

Hay personas que piensas que las casualidades no existen y buscan de algún modo una explicación para un hecho en concreto, otras se aferran a la frase “es el destino” o “estaba predestinado “ y las hay, que por el contrario piensan que todo está en manos del azar. Yo canto a Jarabe de Palo y digo que depende. No os asustéis, no me voy liar (no por falta de ganas, sino de tiempo), pero pocas veces se tiene una oportunidad como la que os voy a contar.

Capítulo 2: El Cuco.

Como tantas otras personas, Alicia me escribió para que le pintara un retrato de ella y su mami, algo muy, muy especial para ella. Me conoció por un amigo de la adolescencia, Raúl, con el que yo, mi amiga Eva y más amigos,
pasamos momentos geniales y muy importantes en nuestras vidas, todo deja una
huella brutal. Gracias a las redes sociales y a las casualidades… ¿o no?, mi amiga y él
viven cerca (casi a 500km de donde nos conocimos). Un día se encontraron, y eso
llevó a que Raúl se interesara por mi trabajo, y se convirtiera en “cliente” y embajador
de mis retratos.

Capítulo 3: Alicia.

Desde el minuto uno Alicia me transmitió su emoción y hasta nervios
por el proyecto, y como yo soy una persona pringada de empatía, me impregné de esa
ilusión. Como con todas con las personas con las que hablo, valoramos tamaños,
técnica, fotografías, pues me gusta trabajar bien todo desde el principio, para que el
resultado sea el mejor posible.
En este caso, todo estaba ya claro salvo la técnica, y estas fueron sus palabras
textuales: “Me encantan ambas técnicas y me parece impresionante lo que haces ya
que soy consciente que trabajar retratos en acuarela es dificilísimo. De hecho, yo
quedé sorprendida cuando me hablaron de ti y vi tus cuadros. Sé que el pastel es más
serio, también me encantan los cuadros que haces a pastel. Creo que para este
recuerdo con mi madre me gustaría más en pastel, pero también quiero saber tu
opinión y finalmente la foto que consideres mejor”

Capítulo 4: Yo y la acuarela.

Para quien no sepa nada sobre mí, sobre mi pintura, os diré que la especialidad de la casa son los retratos en acuarela, pues esta es la técnica con la que -actualmente- me siento mas a gusto, por su expresividad, libertad y lenguaje. Luego os cuento un poquito más sobre esto. Así que, como ya estaréis imaginando, yo le aconsejé hacerlo en acuarela, alegando la originalidad, el que sea mi técnica y que no hay muchas personas que pinten retrato en acuarela. Alicia, fiel a su primera impresión, me confirmó que lo quería en pastel.
Gracias a mi tesón e ilusión, mi cada vez mejor dominio del retrato (siempre
aprendiendo y avanzando) y a la súper labor de Chencho Valdenebro, mi SEO particular, tengo bastante trabajo y me llegan muchos encargos para
pintar retratos de muy diferentes tipos. Así que como Alicia tuvo en cuenta el plazo
para pedirme el retrato, y me lo dijo con bastante antelación, yo lo escribí en mi lista de
retratos por encargo, con las fechas de entrega, técnica y tamaño ¿pero sabéis lo que
pasó? Eso mismo, fui como un autómata y escribí junto a su nombre “RETRATO EN
ACUARELA” y tan pancha llegó su turno, lo dibujé, cogí mi paleta y mis pinceles y a
disfrutar.


Capítulo 5: El error.

Así que era el momento de embalar su retrato y enviarlo. Al recibirlo,
imaginaos su emoción y nervios, ¡ya tenía su retrato! Me escribió esto: “Eva, me gusta el cuadro y los colores me parecen una pasada, es una de las cosas que más me llamo la atención siempre en tus cuadros, aunque si soy sincera pensé que quedaría más realista al ser pastel, pero también sé que la calidad de la foto no era demasiado buena y te habrá
costado trabajar sobre ella”. Linda y prudente Alicia, desde aquí te doy de nuevo las gracias por tu respeto y paciencia.
Al leerlo recordé perfectamente que me dijo que lo quería a pastel, no tuve que revisar nuestras conversaciones, así que le aseguré que se lo haría en pastel, ¡cómo no!

Capítulo 6: El desenlace.

Recibió el retrato pintado a pastel. La intención fue devolverme su retrato en acuarela, pero se quedó en la intención. Le gustaban los dos al aunque no tenían nada que ver técnicamente. Acuarela y pastel. Finalmente se ha quedado con los dos, a mí me hubiera ocurrido lo mismo.

Míralos, no se trata de encontrar las diferencias, sino de ver cada pincelada de uno junto al
trazo del otro; color y mancha, fuerza y sutileza; personalidad y dulzura; expresividad y
naturalidad…quizá también eso es lo que retrataba ambos retratos, y uno se quedaba cojo sin el otro. ¿Cuál es tu teoría?
No te decidas por ninguno, quizá si te decantas claramente por uno de ellos, o a lo mejor has
sacado una moraleja, ¿ves alguna teoría conspirativa en esto? ¿estás tarareando la conción
de Pau? Sea lo que fuere estoy deseosa de que me lo cuentes.

BESAZACOS

retrato a pastel
retrato en acuarela

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *