Esta vez os voy a hablar de mí, de mis sentimientos, eso sí, las emociones que quiero compartir
vienen de la mano de la acuarela, que ya forma parte de mí y de mi vida.
En el 2016 participé en la exposición colectiva RecordArte, organizada por la asociación
soriana Recuerdo y Dignidad por la memoria y los derechos humanos. No os voy a hablar de
esta asociación, pero os diré que nos llenan la cabeza de cosas malas que pasan en el mundo,
pero personas y acciones como las que llevan a cabo Iván, Tito y tantas personas que
colaboran en la asociación, me enraíza en la ilusión hacia el ser humano, aún en el contexto en
el que se mueven las acciones que llevan a cabo. Pinté dos cuadros, y sobre todo uno de ellos
marcó un antes y un después en mi relación con la asociación.
Quise pintar el dolor y la rabia de una mujer ante la pérdida. Y para ello cogí mi cámara, me
coloqué un pañuelo en la cabeza, y sentí. Como luego os contaré, la materia prima es muy
importante en mis cuadros. Es una acuarela sobre tabla, pintada únicamente con negro.
En el 2018 Iván, me pidió que colaborara con ellos, pintando los retratos de los maestros de la
fosa común y del Vicepresidente de la Diputación. Sus familiares iban a recoger sus restos en
un acto cargado de emociones, imaginaos toda esa energía concentrada.
Los cuadros estaban pintados en acuarela sobre tabla, en gran formato como podéis
comprobar en la imagen.
En marzo de 2022 pinté un retrato de Joaquín Borrego Reyes, asesinado en 1936.
En septiembre de 2022, estaba yo en Almería, con mi familia, sorteando alguna que otra
medusa en el mar, cuando recibí una llamada de Iván, emocionado, ilusionado por la
propuesta que me iba a hacer inmediatamente. En la XVI semana de la memoria histórica que
se iba a celebrar dos meses después de esa llamada, Almudena Grandes iba a ser una de sus
protagonistas. Y nada menos que su compañero, acompañado de su libro de poemas dedicado
a su esposa, sería el anfitrión de ese homenaje.
La propuesta de Iván era que yo pintara uno «de mis retratos» de Almudena para regalárselo a
Luis García Montero. Iván siempre juega con ventaja, él sabe que difícilmente le voy a
responder con una negativa a sus propuestas tan emocionantes y cargadas de tanta historia,
tanta memoria.
Como ya sabéis, los retratos que pinto, los hago a partir de las imágenes que me enviáis o a
partir de fotos que hago yo. Es importante este paso, pues la foto es la materia prima con la
que voy a trabajar, ya sean retratos más realistas o más libres y pictóricos.
Y, aunque haya muchas imágenes flotando por internet de personas «conocidas» cómo es
Almudena, me costó no por la cantidad, no por la calidad, sino porque en todo el momento de
la búsqueda, tenía presente a Luis, lo que él sentía por ella, lo que habían vivido juntos, el que
situará la imagen que yo iba a elegir en una vivencia o emoción concreta. Había imágenes de
ella sonriendo o con gesto más serio, de perfil o de frente, pero cuando me topé con la que
finalmente elegí, su mirada, su gran mirada …, su gesto decía mucho, y eso en mis retratos es
el argumento.
Lo siguiente lo tenía claro: acuarela, gran formato, color, y toda la fuerza que me inspiraba ella.
Y seré sincera, y no os voy a decir que soy una lectora empedernida y me he leído gran parte
de la creación literaria de esta pareja de escritores. Pero lo que sí he de deciros con toda
seguridad, es que eso no iba a impedir que el retrato que pintara de Almudena hiciera justicia
de ella, tanto de su físico como del carácter que me sugería su imagen. Así que vuelvo a hacer
hincapié en la importancia de elegir la foto.
El retrato iba a ser mío, es decir, no iba a hacer algo bajo la presión de su destino o
destinatario, eso ya lo sentí en la búsqueda de la imagen. Ahora tenía que disfrutar, como
siempre hago, pintando, en acuarela, con mi paleta. Pintar un pelo “Eva Carballares” como
dice uno de mis alumnos, utilizar colores luminosos para las sombras, valentía en la pincelada y
colores vibrantes, luces, sombras, efectos libres y mágicos del agua y el pigmento, todo ello era
perfecto para ella.
No quería enseñaros el retrato antes de que lo viera Luis García Montero, y las personas que lo
hicieron posible, así que ahora sí lo puedo hacer.
El momento en el que el retrato se descubrió fue muy emocionante, el corazón se me salía, y
las lágrimas por supuesto, Todo se magnificó, cuando me fijé en Luis, que aunque lo veía lejos,
su lenguaje corporal, sus gestos me indicaban que le había emocionado también.
Tengo su libro impregnado del abrazo que nos dimos, y de las palabras que me dedicó, escritas
y habladas. Emoción, emoción.
No sé qué me emociona más, tus acuarelas o tus palabras.
Gracias de corazón por compartir tanta hermosura
El retrato que hiciste de mi abuelo Abundio preside mi casa. El de Almudena es una pasada. Cuando aquel día quitaron la tela que lo tapaba, me quedé sin respiración viéndolo y viendo a Luis García Montero totalmente alucinado!
Pingback: Parecidos mas que razonables - EVA CARBALLARES
Hace casi tres meses encargué un retrato a Eva y el resultado fue maravilloso. Igual que en la foto que le envié, pero con esa magia que ella sabe hacer, con lo cual ha sido uno de los mejores regalos que he dado. Totalmente recomendable. Algo diferente para siempre. Gracias Eva.